sábado, 25 de abril de 2015

El poder del Kiwi

¿Me entiendes?, pregunta frecuente en Carnavales que no hace alusión a la capacidad de comprensión lingüística de nuestro interlocutor.
Desde el punto de vista semántico podríamos decir que es análoga a:
¿A ti te gustan los plátanos o los kiwis?
Señores, la fruta es un elemento indispensable para mantener una dieta sana y equilibrada..
El plátano es una  gran fuente de potasio, conocidísima por todos aquellos amantes del deporte.
El kiwi se puede comer con cuchara o pelándolo. Todo es cuestión de gustos. Pero no cabe duda que su poder es atrayente y dominante, si así le nace al kiwi.
Todo depende de la nuez. No de la de Adán, sino de la de Eva. La cuestión es: ¿Con qué engaño a Adán?¿Con la nuez o con el kiwi?
No sé ustedes, pero yo no sé qué pinta la manzana en todo esto.

lunes, 20 de abril de 2015

De postre

Me pregunto qué hubiese pasado. ¿Te imaginas? sé que si no hubiese hablado, el dragón no se habría despertado. Ahora sabe que estoy aquí y que de él me he acordado.
Me pregunto si para él soy simplemente un recuerdo difuso o mi presencia su apetito ha despertado.
Quizás deba quedarme quita para averiguar lo que pasa.
Quizás deba corres despavorida.
Pues soy la cena y en otro plato estoy servida.

miércoles, 15 de abril de 2015

Dicotomía: Corazones y picas

-No es tan fácil lo que propones. El daño puede ser múltiple y tú uno de los perjudicados.
-¿Y si el daño ya está hecho? ¿Y si ya me siento mal por no haber hecho nada?
-Eso es que no tienes tu conciencia tranquila. Sientes que el engaño ya está hecho.
-¿Acaso mi confesión no me delata?
-¿Acaso el invierno es más invierno por ser más frío?
-No te entiendo.
-¿Acaso un inocente llega a ser "más culpable" por pensar que lo es?
-¿Que es qué?
-Pregúntatelo. ¿Qué eres y qué quieres ser?
-Feliz.
-Pues elige esa como única opción.

jueves, 9 de abril de 2015

Cuando la guagua pasa

Hace algún tiempo, leí o escuché (no recuerdo por cuál de mis sentidos dilucidé dicha información) que la gente suele arrepentirse más de lo que no ha hecho en la vida y no tanto de alguna acción pasada puntual que sí han realizado y que desearían que no hubiese acaecido.
Recuerdo que de pequeña era muy vergonzosa y cada día me arrepentía de alguna cosa que hubiese llamado la atención, generalmente acciones ridículas que exaltaban mi patosidad y me ponían en evidencia. Cada vez que las rememoraba me ponía mala de vergüenza (si es que eso es clínicamente posible) y deseaba volver al pasado y hacer que "eso" nunca hubiera pasado. Los de Men in Black nunca me prestaron su boli mágico, por lo que mi pasado sigue intacto...o eso creo. A consecuencia de ello aprendí a pasar desapercibida, aunque eso supusiese no responder a las preguntas del profesor aún sabiendo las respuestas. Después me arrepentía.
Y es que en Canarias no hay trenes, pero cuando se te escapa la guagua...te arrepientes. Pasa la siguiente, la tomas y llegas a tu destino. ¿Pero y si hubieses montado en la otra?
En nuestra vida tomamos decisiones continuamente: Desde la taza con la que vamos a desayunar hasta la persona con la que nos vamos a acostar.
Hay decisiones acertadas. Tomarte un kiwi antes de una entrevista de trabajo puede no ser una de ellas. Otras no son malas a simple vista, pero no te sientes satisfecha al cien por cien con ellas. Vaqueros y camisa blanca. Una apuesta segura. Es la combinación que tu cerebro elegiría, pero el corazón te pide Converse, tachuelas y pelo verde lechuga iceberg con mechas de canónigos.
Sueles hacerle caso a tu cabeza (pelirroja o pelinegra), pues escoge lo más lógico y correcto. ¿Pero qué pasa si tu corazón te pide que sigas otra senda? ¿Es en este caso correcto lo lógico o pertenecen a premisas distintas? ¿Arriesgarte e intentarlo o preguntarte: ¿y si??