domingo, 24 de febrero de 2013

Sin gafas y a lo loco

Para lo que hay que ver, según que días, con un par de dioptrías  basta. Y es que tener falta de vista puede ser una ventaja, porque siempre habrá cosas que preferiríamos no haber visto:

-Ese coche que voló por los aires en Alcobendas City después de que uno de policía, que se había saltado un semáforo, le diera un buen golpe.
-Ese perrito abandonado en la calle que no puedes quedarte pero que si llamas a la perrera lo sentenciarás a muerte en tres días.
-A esos seres medio psicólogos medio pacientes que tanto te cuentan todos sus problemas para que los lleves un ratito por la acera a modo de animal de carga, como te interrogan hasta la médula sobre asuntos que no les incumben en absoluto.


Si uno prefiere tener un día menos "molesto" puede probar a tener una ceguera controlada y dejar en casa las gafas  aún a riesgo de ser tachada de maleducada, pues si os ocurre como a servidora no distinguiréis a nadie a más de 7 metros y podréis absteneros de saludos innecesarios.
De hecho, tengo una norma para distinguir a conocidos entre píxeles borrosos. Si no saluda, no saludo. Y si saluda hay dos opciones:
Opción 1: Saludar aún a riesgo de no conocer a la persona (ya te enterarás en su debido momento de que esa mano que asomaba por aquel balcón era de Afri).
Opción 2: No saludar, pues conozcas o no a esa persona siempre tendrás escusa.
Hay días en los que mis gafas favoritas son las de la piscina, pues se me empañan tanto que apenas veo con ellas. Pero todo tiene sus inconvenientes, por lo que: Chico, sí tú, el que me saludó hace más de medio año en un paso de peatones. ¿Quién eres?

viernes, 22 de febrero de 2013

Las Ninfas

La primera novela que me conseguí terminar este año fue "Las Ninfas" de Francisco Umbral. Se trata de una  muy Rococó, recargada como la que más. En ella el autor muestra un manejo sublime de la palabra y una envidiable facilidad para la descripción. Utiliza imágenes sencillas y las adorna como si fuesen un árbol de Navidad. Lo bueno es que si uno sabe ver entre tanta guirnalda puede descifrar el verdadero mensaje.
Podríamos pensar que por la época en la que fue escrito este libro tenga muchos dobles sentidos para poder burlar la censura que acababan de dejar atrás pero seguía en sus mentes. En cambio, nada más lejos que la verdad, este escrito es de lo más explícito; aunque el lenguaje elevado y las múltiples florituras disimulen muy bien lo que está diciendo.
Se trata de una novela pseudobliográfica, escrita en primera persona, en la que cuenta la historia de un joven que aspira a ser escritor. Describe el camino que toma, unas veces más conservador y otras más liberal. Casi siempre irá acompañado de alguno de sus amigos: figuras antagónicas que podrían representar a un ángel y a un vándalo. Menos cuando relata la el placer y la vergüenza que experimenta y sufre en cuarto azul en el que se da placer con todo lujo de detalles. No pueden faltar los amoríos de la adolescencia, conservadores y puritanos a la vista, viciosos o enfermizos en la oscuridad. Hay que guardar las apariencias, pero mientras más rosa es el envoltorio más pica el caramelo.

El qué dirán convierte a jóvenes desenfadadas en monjas y a quién desee seguirlas en un descarriado.
La iglesia también desempeña un papel crucial, pues condiciona el comportamiento de los personajes.
Así pues, relata cómo obtiene la madurez sexual a partir de sus primeras experiencias. Se podría resumir como "fap, fap and feel like a Sir". (Si consigues entender esto es que pasas demasiado tiempo frente a "Cuánto Cabrón").
No sabría decir cuál es el target de este libro: Está muy bien escrito en cuanto a su forma y esto podría gustar a todo el que aprecie las florituras. En cambio, la historia erótico-sexual está descrita por un hombre (cuando estamos acostumbrados a lo contrario por norma general) y esto puede chocar a según que lector. De manera que hay quien le pueda parecer vulgar. También puede que el libro simplemente no guste por el simple hecho de que el autor está muy presente en su obra y  puede que desvele más de lo que él mismo se imagina. El autor tiene una personalidad fuerte y un tanto egocéntrica que resalta en la obra pese a que esta sea una autobiografía algo inventada, o al menos eso creo.
¿Y ustedes que piensan de decir algo simple con unas palabras impronunciables u obsoletas?